Jornada cotidiana de
oración

Eucaristía

La Eucaristía es el corazón de nuestra jornada. Cada día, unidas a Jesús, que ofrece y se ofrece por amor, vivimos nuestro espíritu sacerdotal, convirtiéndonos con Él, por Él y en Él, en "sacerdotes" y "víctimas". Presentamos al Padre, unidas al Hijo en la gracia del Espíritu Santo, nuestra vida como ofrenda de amor, transformando todo en un don.

Liturgia de las horas

A través de la Liturgia de las Horas, unimos nuestra voz a la de la Iglesia universal, alabando a Dios en los distintos momentos del día. Con el canto de los salmos y la oración, santificamos el tiempo y encomendamos el mundo a Su misericordia.

Lectio divina

"Tu palabra me da vida." Sal 119, 50

La lectio divina es un momento privilegiado en el que escuchamos la Palabra de Dios con el corazón abierto, dejando que ilumine nuestra vida. Meditamos, oramos y contemplamos, permitiendo que la Palabra transforme nuestros corazones.

Adoración

"Yo soy el pan vivo bajado del cielo." (Juan 6, 51)

La Adoración Eucarística es el momento de encuentro con Jesús vivo y presente, en el que podemos decirle con todo el corazón:

"Señor, creo, espero y te amo."

Rosario

 

Con la oración del Santo Rosario, meditamos y contemplamos los misterios de la vida de Cristo y de María. Esta oración sencilla y profunda nos ayuda a caminar de la mano de María, contemplando el amor salvador de Dios.

¡Madre mía, confianza mía!

Lectura espiritual

Cada día dedicamos un tiempo a la lectura,  personal o comunitaria, de la vida de los santos o de otros textos espirituales que nutren nuestra alma y nos ayudan a crecer en la vida cristiana.

La oración personal

 es un momento para estar con el Esposo, en silencio y en diálogo, donde yo lo escucho y Él me escucha. A Él le confío mis alegrías, mis preocupaciones y mis deseos. 

Es intimidad y comunión.