"Haz el bien, todo el bien, en cualquier forma que se presente".

1845 - 1925

Don chiara

Don Alfonso Maria Chiara nació en Varallo, en Valsesia, el 1 de septiembre de 1845, siendo el primero de dieciséis hijos de Gerolamo y Rosa Zacquini, en el seno de una familia de antigua tradición religiosa. La propiedad de una empresa de hilado de seda garantizaba a la familia una posición acomodada, y Alfonso fue inicialmente destinado a esta actividad. Sin embargo, en 1863 decidió ingresar en el seminario.

Los años de su formación coincidieron con un período histórico muy difícil para la Iglesia y para el naciente Estado unitario italiano, cuyas leyes no estuvieron exentas de influencias de origen masónico. Alfonso recibió la ordenación sacerdotal el 11 de junio de 1870, un año crucial en el que tuvo lugar el Concilio Vaticano I y la caída de los Estados Pontificios, con la toma de Porta Pia el 20 de septiembre. Durante sus primeros dos años de ministerio, don Chiara se dedicó a la enseñanza como maestro en Sizzano, en la baja Valsesia.

Durante los tres años siguientes, fue párroco de la antigua parroquia de San Bartolomé en Scopa, donde conoció a la joven Clotilde Verno, convirtiéndose en su director espiritual y consejero, guiándola hacia la vida religiosa. Posteriormente, al ser trasladado a la cercana parroquia de Morca, también asumió el cargo de rector del internado San Carlo y administrador del Colegio d’Adda en Varallo. Además, se ocupó de la empresa familiar, especialmente después de la muerte de su padre en 1877, logrando restaurarla tras dos incendios que dañaron sus almacenes.

Entre 1882 y 1891 fue párroco de Mercurago, cerca de Arona, donde trabajó arduamente en la reconstrucción de la iglesia parroquial, empresa que le supuso grandes sacrificios. Finalmente, en 1891 fue nombrado párroco de Carpignano Sesia, donde permaneció durante treinta y cuatro años hasta su fallecimiento, el 7 de noviembre de 1925, siendo enterrado en el mismo lugar. La figura de don Alfonso, además de desempeñar un papel providencial en los inicios de la Congregación de las Hermanas Ursulinas del Sacro Monte de Varallo, es también significativa dentro de la historia de la Iglesia de Novara en la segunda mitad del siglo XIX.

Don Alfonso supo vivir su vocación sacerdotal en los diversos ámbitos en los que fue llamado a servir, adaptándose a las nuevas necesidades de la sociedad y del mundo sin comprometer la auténtica doctrina católica. A través de múltiples iniciativas de carácter social y asistencial, expresó su preocupación por el prójimo y la formación de una conciencia cristiana capaz de responder a la creciente difusión de una cultura secular y, a menudo, abiertamente anticlerical. En el ámbito cultural, trabajó por resaltar el significado religioso del gran complejo del Sacro Monte de Varallo, mediante publicaciones y su colaboración en la edición del boletín del santuario. A pesar de haber transcurrido casi un siglo desde su muerte, su memoria sigue siendo una bendición para las comunidades que lo tuvieron como pastor y es custodiada con gratitud por la Congregación que ayudó a fundar.

Escritos publicados

  • Dell’importanza monumentale del sacro monte di Varallo: appunti per una memoria, Tipografia S. Giuseppe, Collegio Artigianelli, Torino 1883
  • In memoria di Mons. Achille G. Ruffoni, Tip. dell’Assunta, Carpignano Sesia 1906
  • I manoscritti del beato Bernardino Caimi nella biblioteca civica di Como, in L’Azione, n. 160, 22-24 luglio 1907
  • Le questioni di banchi in chiesa nel diritto moderno ecclesiastico civile italiano, Cantone, Novara 1907
  • Le abbazie del novarese, Tip. S. Gaudenzio, Novara 1911
  • Chiesa e Stato, Tip. S. Gaudenzio, Novara 1916
  • Pei caduti carpignanesi nell’immane conflitto mondiale, 1915-1918, Tip. E. Cattaneo, Novara 1922
  • Ricordi famigliari. La produzione della seta in Valsesia e la sua lavorazione segnatamente nella famiglia Chiara a Sottoriva in Varallo Sesia, Tip. E. Cattaneo, Novara 1924
  • La chiesa prepositurale di Carpignano-Sesia, Cooperativa art. tip. Excelsior, Novara 1974